29 de abril de 2011

Poesías de Francisco Quevedo


( Enseña cómo no es rico el que tiene mucho caudal)

Quitar codicia, no añadir dinero,
Hace ricos los hombres, Casimiro;
Puedes arder en púrpura de Tiro
Y no alcanzar descanso verdadero.

Señor te llamas; yo te considero,
Cuando el hombre interior, que vives, miro,
Esclavo de las ansias y el suspiro,
Y de tus propias culpas prisionero.

Al asiento del alma suba el oro,
No al sepulcro del oro el alma baje,
Ni la compita a Dios su precio el lodo:

Descifra las mentiras del tesoro,
Pues falta (y es del cielo este lenguaje)
Al pobre mucho, y al avaro todo.

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